Hermana de Pablo Escobar pide no estigmatizar a la familia
| On Nov22,2016Han pasado 24 años, después del atentado terrorista que dejó 25 muertos y 130 heridos, luego de la explosión de un carro bomba en la Plaza de Toros La Macarena, de Medellín. 24 años que se cumplieron el pasado 16 de febrero, fecha que aparece en el listado de hechos funestos de los que se responsabiliza al extinto narcotraficante colombiano, Pablo Escobar Gaviria.
Han pasado 24 años, después del atentado terrorista que dejó 25 muertos y 130 heridos, luego de la explosión de un carro bomba en la Plaza de Toros La Macarena, de Medellín. 24 años que se cumplieron el pasado 16 de febrero, fecha que aparece en el listado de hechos funestos de los que se responsabiliza al extinto narcotraficante colombiano, Pablo Escobar Gaviria.
En el periodo presidencial de César Gaviria (1990-1994) se estima que en Medellín fueron asesinadas 27,627 personas. Entre las víctimas de la guerra entre el capo y el Estado se cuentan políticos, periodistas, policías y ciudadanos del común.
Hoy cuando el mafioso colombiano tiene 21 años de fallecido, su hermana Luz María Escobar Gaviria asegura que varios de los atentados de los que se culpa a su hermano no los ejecutó el hombre que ha sido bautizado en algunos relatos periodísticos como “el peor criminal de la historia colombiana”.
Señala que, tras la muerte de sus progenitores, todos los hermanos se concentraron en sus vidas. “Fuimos siete hermanos, Pablo y Luis Fernando (el menor) murieron, de resto todos están en lo suyo, por ejemplo Argemiro cultiva flores, Roberto está dedicado al Tour de Pablo (visita a los lugares más representativos de la vida del capo) y yo vendo bienes raíces”, señala.
Abel y Hermilda, padre y madre de Pablo Escobar, fallecieron en el 2001 y el 2006, respectivamente. El padre murió de afecciones en los pulmones, mientras la madre sufrió de diabetes, sumada a una terrible tristeza que cargó, luego del fallecimiento del capo.
En la entrevista, conseguida tras una gestión de la empresa Medellín City Services, Luz María le contó a el Nuevo Herald lo que ha pasado después de la muerte del capo, cómo vivía la familia Escobar Gaviria cuando tenían entre los suyos a uno de los hombres más ricos del mundo y cómo empezó a escribir la historia de su hermano, que ahora está tratando de llevar al cine. Pidió que no se estigmatice a su familia e instó a las víctimas y a sus familiares a perdonar.
¿Qué pasó después de la muerte de su hermano Pablo?
Después de ese momento llegó para la familia un caos total. Vino la tristeza por su ausencia y la incertidumbre por la seguridad de la familia. Esa historia está marcada por el dinero, la sangre y el dolor, y la muerte de un hermano que fue maravilloso, dentro del seno del hogar. Viene la lucha por la educación de los hijos, el no querer que esa historia se repitiera en nuestros hijos. Pensar que uno de los hombres más ricos en el mundo a la hora de morir no se llevaba nada, me dejó claro que el dinero no lo era todo, entonces empecé a organizar mi vida, porque cuando Pablo vivía todo el tiempo era mudanza tras mudanza. En mis ratos de soledad y dolor escribí la verdadera historia de Pablo y quiero llevarla al cine.
¿Cómo era la familia Escobar Gaviria, antes que su hermano se convirtiera en narcotraficante?
Era una familia común y corriente, en la que la prioridad número uno era la educación para los hijos, una familia con moral. Mi mamá tuvo un papel muy importante, porque mi papá estaba pendiente de las fincas. Mi padre se dedicó a la agricultura y a la ganadería, mientras mi madre trabajaba como educadora. En mi casa no se aguantaba hambre, había vestido para todos, era un hogar feliz.
¿Cómo transformó el dinero la vida de su familia?
La transformación fue total. Llegó a un punto en el que no podíamos decir que éramos hermanas de Pablo Escobar, en que había amenazas de secuestro, a mi papá lo secuestraron, ya no podíamos usar un teléfono, ni darle la dirección de la casa a nadie, ni llevar extraños. Él decía que nos teníamos que cuidar. Nosotros preguntábamos las razones y él contestaba: “la gente cree que estoy lleno de plata”. Al escribir la historia de Pablo me doy cuenta que fue un hombre que no sabía cuánto dinero tenía.
Usted ha dicho que muchos de los actos de los que se responsabiliza a su hermano, él no los ejecutó, cuáles son…
Por ejemplo, en noviembre de 1993 hubo un atentado en un edificio en el Poblado (Medellín), inmediatamente dijeron que fue Pablo, y ese atentado fue contra el edificio de mi hermano. Ese fue el inicio de los atentados de los Pepes (Perseguidos por Pablo Escobar) contra nosotros. Esa noche, después del atentado, estaba en Santa Marta (costa norte de Colombia) con mis hijos y mi mamá. Teníamos una nueva línea telefónica en la casa en la que estábamos, sonó el teléfono y cuando contestamos la persona que estaba al otro lado dijo que le dijéramos a Pablo que esa bomba iba para él, y que ya tenían una bomba para cada uno. A nosotros nos dijeron que hubo bombas que colocaron y responsabilizaban a mi hermano, pero en mis investigaciones he encontrado que no fue así.
¿Todavía se escuchan frases como, por ejemplo, que “la violencia en Medellín es una herencia de Pablo Escobar”, qué opina de esto?
Aquí hay muchas clases de violencia. Un solo hombre no hace una guerra. Lo que pasa es que a la guerra en Colombia le pusieron “Pablo Escobar” y al Cartel de Medellín, el cartel de Pablo Escobar, pero no han mirado todos esos personajes que hacen parte de ese cartel. Los colombianos fuimos muy permisivos con el narcotráfico, la gente se dejaba comprar y eso ya lo hemos pagado con creces. Soy colombiana, tengo doble dolor con la historia de sangre que dejó mi hermano, pero los colombianos no hemos aprendido a perdonar. No es que diga ahora hay que perdonarle a Pablo, el perdón es sanar nuestra vida.
Primero el país se conocía por el flagelo del narcotráfico, ahora Colombia se conoce por el problema que tuvo con el narcotráfico. Aún hay narcotráfico y delincuencia.
¿Qué le dice a las víctimas de esa guerra que vivió Colombia?
A las víctimas quiero decirle que siempre han estado en mi corazón y en mis oraciones, y pido a Dios que llene sus corazones de perdón, porque el perdón es una medicina salvadora de vidas. Invito a que no se estigmatice a mi familia, yo he estado con las víctimas en la medida de mis posibilidades.
¿Pablo Escobar dejó un testamento, qué cosas heredaron los hermanos?
A Pablo no se le pudo hacer sucesión, a mí no me quedó efectivo de Pablo. Ahora con el libro de mi sobrino (hijo de Pablo Escobar) me enteré que había una caleta, yo nunca manejé un peso de Pablo y le agradezco infinitamente que nunca me hubiese involucrado en sus cosas. No sé quien quedó con sus cosas, en extinción de dominio quedaron muchas, además propiedades a nombre de él no había.
Habla con los hijos de su hermano…
Ellos no hablan conmigo, pero yo no tengo ningún problema en hablar con ellos. Ellos estuvieron muy alejados de la familia, incluso cuando mi hermano estaba vivo, porque tenían que estar más escondidos que nosotros. Compartí mucho con ellos después de la muerte del papá, hace unos años vino la niña (los hijos de Pablo viven en Argentina) y hablamos con ella, de ahí no hemos vuelto a verlos.
¿Cómo imaginaban la muerte de Pablo Escobar?
Estábamos preparados para el día en el que se quitara la vida. El día que él trajo el testamento, mi mamá le preguntó que si tenía una enfermedad terminal, ese día él le dijo a ella que era un mafioso y que los mafiosos no morían jóvenes, sino que morían a bala. Nosotros sabíamos que él manejaba un anillo con cianuro, él manejaba cositas para ese momento y ese día le tocó la bala.
¿Si pusiera en una balanza los actos buenos y malos de su hermano, qué lado tendría mayor peso?
El ayudó a mucha gente. Mi mamá era una persona valiente, que le gustaba ayudar a la gente, y mi hermano quería imitarla. Mi hermano quería una Colombia educada. Pero, ¿qué quiere una persona después que tiene dinero?, quiere poder y para tener poder arrastra al que sea para que esté con él. Las dos caras de Pablo tuvieron mucho peso. Además, un solo hombre no hace la guerra y un solo hombre no hace la paz.